Cierro los ojos y pienso en el humo que dejan las llamas de tu vientre en mí. Oígo de lejos aquellos susurros con los que me indicas que ya estas aquí. Pongo las nubes detrás de mi espalda, y pienso en el aire que voy a respirar cuando me mires y abras tu alma, haciendo del tiempo un nudo de cristal. Solos tú y yo en esta habitación, quemando el edredón. Juntos, apagaremos el sol.
Mientras la gente se inventa palabras, yo voy descifrando el olor de tu piel. Mientras tu boca parece cerrada, tus manos se inventan frases de papel. Hago castillos de arena en el suelo, y cuando los pisas se hacen realidad los deseos que puse en el cielo para que la Luna los pueda alumbrar. Solos tú y yo en esta habitación, quemando el edredón. Juntos, apagaremos el sol.
Nado en los charcos que inundan mi casa cuando el reloj me dice que te vas.
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